En
este mes de diciembre, viene bien compartir acerca de este hermoso valor que
brinda el ser humano, siempre y cuando se lo aplique en su real dimensión.
Generosidad es dar algo sin pedir ni esperar nada a cambio, de acuerdo con la
intensidad que se viva la actitud y la rectitud de los motivos. Es el hábito de
dar y entender a los demás.
Generosidad
es dar cosas, tiempo, espacio, gestos, palabras y silencios, únicamente por
amor a quien (s) lo reciben. Incluye las intenciones puras del individuo de
mirar hacia afuera para el bien común y
ser un ejemplo para los demás.
DAR COSAS.-
Hermoso entregarlo a quien verdaderamente
lo necesita y lo que realmente requiere, como un gesto de amor,
reconocimiento, organización familiar y en nuestro caso de voluntariado, por
nuestro compromiso de mejorar en algo la vida de las comunidades como gratitud
por todo lo que tenemos y seguimos recibiendo.
DAR TIEMPO.-
El tiempo es un bien abundante del cual somos dueños absolutos y a la vez
escaso porque no podemos comprarlo ni pedirlo prestado. El tiempo que se fue,
no regresará jamás. Por tanto, nuestro tiempo debe ser valorado como el mayor
tesoro. Regalar tiempo de calidad a los demás es la máxima expresión de
generosidad.
Regalamos
tiempo cuando lo compartimos con nuestros hijos, en el hogar, con los amigos,
en el club, nos preocupamos de atender problemas ajenos, visitamos a un
enfermo, hacemos compañía a un niño, un joven, un anciano, a personas con
discapacidad, colaboramos para mejorar el vecindario, escuchamos con atención,
cuando cumplimos desinteresadamente con nuestros programas de ayuda, con
nuestra labor de voluntariado.
DAR ESPACIO.-
El espacio, como el tiempo, es abundante. Hoy estamos aquí, mañana en la playa,
próximamente en Europa, en una comunidad, sin embargo, siendo tan extenso,
reservamos afectivamente un poquito de
espacio para nosotros, para nuestra privacidad. Es un derecho personal. Colocamos una especie de domo transparente
para protegernos y al abrirlo, damos la posibilidad de que entren las personas
que deseamos estén junto a nosotros y cómo nos sentimos de mal cuando es
invadido por quienes abusan o por los amigos de lo ajeno. Debemos conseguir que
quien llame a nuestra puerta sea
recibido sinceramente, con cariño, se sienta a gusto, sea escuchado,
aliviado, comprendido, se sienta como en su casa.
DAR GESTOS.-
Gesticulamos con nuestros ojos, la cara, los brazos, las manos, todo nuestro
cuerpo. A través de nuestros gestos demostramos la sinceridad de nuestros
deseos y actitudes que nos permiten demostrar amor-odio, generosidad-avaricia,
altruismo-egoísmo, paciencia-impaciencia, paz-guerra, eficacia-desinterés. Los
gestos son nuestro YO, con ellos decimos más que con las palabras.
DAR PALABRAS.-
Este tipo de comunicación es imprescindible
en nuestro diario vivir. Ahora que nos entendemos sobre todo a través del
teléfono, el internet, la radio, otros medios actuales, seamos generosos con
nuestro diálogo sincero, verdadero,
concreto, eficaz, edificante, enriquecedor, sin perder el tiempo en
banalidades.
En
nuestra comunicación personal, somos generosos manteniendo un tono suave,
siendo optimistas, corrigiendo correctamente, con paciencia, demostrando
interés verdadero, con sobriedad, con una conversación sustancial, siendo
confidentes, con respeto y honestidad, perdonando, dando chance a una nueva y
desinteresada relación.
DAR SILENCIO.-
Nuestro tiempo en silencio es de una generosidad incalculable. Deberíamos
diariamente priorizar un espacio de nuestro tiempo para enriquecer y optimizar
nuestro YO con el silencio. Somos generosos cuando sabemos escuchar,
permanecemos junto a quien está pasando por un dolor, una espera compartida,
hacemos el trabajo a cabalidad en silencio, sin perder el tiempo. No echar en
cara los errores. Medir nuestro tiempo es tener poder.
Se
afirma que del 100% que comunicamos, el 50% lo hacemos a través de los gestos,
el 40% por las entonaciones de la voz y el 10% por las palabras que
articulamos.
Nuestro
hogar debería ser la escuela de la GENEROSIDAD, poniendo en práctica lo
enunciado en el desarrollo de este valor, para tener un 2015 generoso en salud,
satisfacciones y abundantes bendiciones.
Betty
de Espinosa
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