miércoles, 15 de abril de 2020

Valores: Fé y Esperanza, 2020/04

Adjunto el excelente contenido para el mes de Abril que nos envía el Betty de Espinosa.

Una reflexión para esta época especial que vive la humanidad: “las personas son a menudo los carpinteros de sus propias cruces” dijo San Felipe Neri, italiano nacido en Florencia 1515.
                                                                                                    
La naturaleza nunca perdona y ha puesto un   basta   ya  a la atrevida devastación a la que le hemos sometido durante mucho tiempo. Quedamos atónitos al constatar que un diminuto pero agresivo virus ha puesto a temblar a la humanidad entera; obligar a una recesión global profunda a una sociedad de despilfarro y abundancia con desconocimiento total de valores, atropello a la familia; una sociedad donde prevalece el materialismo, culto al cuerpo, modas, sexualidad, vocabulario insolente que hiere los oídos, drogas, terror, endiosamiento del yo, del poder,  corrupción a todo nivel y ese esfuerzo por conseguir un status que nos lleva al stress, angustia y desolación.

Y qué decir de las   redes sociales que, si bien han transformado al mundo con información importante y este momento gracias a la globalización nos mantiene unidos a los seres que se encuentran lejos de casa y  a las noticias que se generan minuto a minuto, también han producido una herida profunda psicológica y emocional que genera un individualismo enfermizo en personas de todas las edades y han estropeado la invalorable costumbre de la comunicación verbal.

Lo maravilloso de este momento es que, al obligarnos a poner un alto para mantener la salud, se ha dado un respiro a la naturaleza que agradecida   se recrea devolviéndonos la flora y fauna. Podemos apreciar montes, valles y los mares comienzan a recuperarse invitándonos a disfrutar de sus riquezas naturales, ocupando por fin ese espacio que despiadadamente les habíamos usurpado.

Este encierro obligatorio cambiará nuestro futuro. Salir adelante luego de esta etapa será todo un reto. Tendremos que cambiar nuestra forma de pensar para cambiar nuestra forma de vivir.

Creo que la humildad es sinónimo de verdad y ahora más que nunca debemos ser humildes para aceptar esta realidad corrigiendo nuestros errores y comprometiéndonos a cambiar y vencer esta impredecible batalla con: solidaridad, disciplina, respeto, gratitud imperecedera a todos los grupos de trabajadores y gremios de voluntarios que en sus diferentes ramas están dando sus conocimientos y muchas veces su vida por nuestra salud e integridad.

Agradezcamos al señor por todo lo que hemos recibido durante nuestra vida y por la oportunidad que tenemos de ser parte de este cambio que con voluntad, fe y esperanza lo lograremos.

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