Betty nos comparte la reflexión de Septiembre.
"A propósito de la santificación de “Madre Teresa
de Calcuta”, quiero referirme con
profunda admiración y respeto por su incomparable labor a esta santa, pequeña de
estatura pero fuerte como una roca y con un corazón tan grande que resulta
inigualable al ser humano común.
Esta valiosa mujer de gran temple y
convicciones firmes, llevaba una vida de sacrificio, amor y entrega al
necesitado. Quien entraba en contacto con ella, reconocía su poderoso liderazgo
y se sentía obligado a luchar por su causa. Las decisiones de vida son de
valientes y ella no puso reparo para
luchar.
Lo que hizo que la organización formada por
esta invaluable mujer crezca firme y se mantenga unida, fue la confianza que
tenía en su visión. Como líder, dio
valor a las personas que trabajaban con ella, y con su ejemplo jamás
permitió que la gente se rindiera. De esta manera lograba que todos disfruten
de realizar mejores cosas, de hacerlas mejor y por ende, la lealtad a su misión
y a lo que ella predicaba y practicaba.
John Maxwel en su libro “las 21 reglas
irrefutables del liderazgo” cuenta que en otoño de 1977 fue a la india con unos
colegas y decidieron visitar las oficinas centrales de esta gran líder del
siglo veinte, premio nobel de la paz, “Madre Teresa”. La oficina estaba en un sencillo edificio de bloques de
concreto, localizado en Calcuta y que la gente llama “la casa de la madre”. Al
estar parado frente a este lugar tan modesto pensaba, ¿cómo es posible que haya
sido la base de una líder tan eficaz?
Iban a visitar la tumba de Madre Teresa
localizada en un comedor de esta instalación. Cuando llegaron allí, supieron
que el salón estaba ocupado y que no se permitía entrar a nadie hasta que
termine la ceremonia que se estaba efectuando. Unas 40 monjas sentadas vestían el conocido hábito
blanco con listas azules.
¿Qué se celebra aquí?, preguntó a una monja
que iba pasando. Con una sonrisa le contestó: ¡imagínese usted, hoy estamos
aceptando a cuarenta y cinco nuevas
integrantes en la orden!!!!.
No pudieron quedarse a esperar, porque
perderían el avión de regreso.
Mientras se retiraban pensó: la Madre Teresa
debe estar muy orgullosa ya que ella había partido pero su labor había causado
un impacto a nivel mundial y había desarrollado líderes que llevarán a cabo su
visión y misión, y todo parece indicar que seguirá influyendo en futuras
generaciones.
Definitivamente, Teresa de Calcuta nos dio
una lección de vida ya que su labor no tuvo fronteras. Los líderes que saben
comunicarse y conectarse con la gente, son líderes que la gente sigue hasta el
fin de la tierra y Teresa de Calcuta supo serlo, por eso confiamos que su
organización no morirá jamás y que su fortaleza y convicción servirán de
ejemplo al voluntariado del mundo.
“Usted puede hacer lo que yo no puedo
hacer. Yo puedo hacer lo que usted no puede hacer. Juntos podemos hacer grandes
cosas”
Madre
Teresa de Calcuta"
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